martes, 15 de mayo de 2012

Mirando.

Desde aquel coche rojo, medio ajado,
miro al páramo inerte, inmenso,
que me está observando.


Últimos rayos,
que escarpan por entre las ramas,
son los del ocaso,
me llaman.


Sin acabar aquel cigarro,
que, a medio fumar, quedó olvidado,
me dispongo a conducir hasta dejar todo a un lado.


Día eterno, horas congeladas,
color frío, que arde, olor amargo,
corazón cenicero de colillas 
que todavía no se han apagado.


Y mientras siguen,
los abrazos al tallo espigado
para alcanzar la principal flor,
a la que poca gente a llegado.


Y sigo clavado, 
a cada paso, dolor,
y más aún parado,
punto muerto...
Anclado.







martes, 8 de mayo de 2012

,

Sopla el viento sin parar
para que vuelva... para que vuelva...
y en el viento viene y va,
una respuesta... una respuesta.

sábado, 14 de abril de 2012

I

Empezar de nuevo, 
sin destino y sin tener, 
un camino recto que 
me enseñe a no perder la fe.


Y escapar de este dolor, 
sin pensar en lo que fue.
¿Cuánto aguanta un corazón
sin el latido de creer?
(...)
Sin distancias, sin recuerdos,
en las arenas de esta soledad.
(...)
Preso de un silencio roto,
hijos del amanecer
que nunca alcancé esa luz
tan confundida en el placer.


Y cierro los ojos
solo para comprender
cuánto aguanta un corazón
sin el latido de creer.


Habana Blues.